Última actualización 5 noviembre, 2019
La intolerencia a la leche o a la lactosa pueden producir ciertas flemas en el tracto digestivo y también en el respiratorio, además de provocar manifestaciones diferentes como urticaria, bronquitis, sinusitis, etc.
El tema es que durante el amamantamiento con leche materna no se producen las manifestaciones sino que los trastornos aparecen cuando el bebé comienza a alimentarse con lácteos. Muchas veces sucede que no se detecta enseguida la intolerancia a los lácteos, pero cuando esta es tolerada enseguida se revierten los efectos.
Cuando estas alergias a los lácteos aparecen se debe de dejar de consumir totalmente los lácteos de orígen animal para volcarse a los lácteos de orígen vegetal como las de quinoa, almendras, sésamo, arroz.
El calcio que se obtiene de la leche se puede suplir con otros alimentos como las almendras,amapola, harina de algarroba, coles, kiwi, verduras de hojas, naranjas, nueces, sésamo. Este último tiene cerca de 100 veces más calcio que la leche.